En su cara hay rasgos de sobra para buscar parecidos con su madre, la actriz Maria Schell (1926-2005), protagonista de películas como "Los hermanos Karamázov", junto a Yul Brynner, y de "El árbol del ahorcado", en la que fue partenaire de Gary Cooper. Marie Theres Kroetz Relin (1966), que reside desde hace una década y media en Garachico, ha acabado por aceptar que su vida siempre va a estar sujeta a una eterna comparación no sólo con la carrera profesional del "ángel rubio", sino con la de otros miembros de su familia que desarrollan una intensa actividad artística.
Hija del director de cine Veit Relin, con 17 años debutó en la película "Secret Places". Su nombre también apareció en los créditos del corto "Drei D" y de varias series de la televisión alemana, lo que en 1987 le permitió ganar un Goldene Kamera en la categoría de Mejor Actriz Revelación. A los 21 años se casó con el dramaturgo alemán Frank Xaver Kroetz y es madre de tres hijos. A partir de ahí, se alejó de los escenarios para centrar sus esfuerzos en la familia y descubrir una faceta nueva en su vida relacionada con la literatura. Actualmente, está vinculada con un proyecto musical (dixiemania.com) que le gustaría desarrollar en Tenerife, una isla que descubrió "por recomendación médica" y que le ha robado un trocito de su corazón. "Me gusta el equilibrio emocional que he encontrado aquí. Es diferente a la vida que tenía en Baviera, pero si combinas los dos sitios el resultado es bueno", señala una mujer que sobresale por su espíritu luchador.
¿Qué recuerdos tiene de su madre?
Todo son imágenes maravillosas. Era una mujer que amaba su profesión. Recuerdo ir a los rodajes y disfrutar muchísimo viendo cómo se hacía una película. También me quedó la pena de no poder disfrutar más de su compañía, porque la profesión de actriz es difícil, pero los recuerdos son muy buenos.
¿Ha cambiado tanto el cine?
El cine de hoy ha perdido romanticismo y funciona conforme a intereses comerciales. Todavía se hacen películas buenas, pero ya no hay rodajes de seis meses con unos escenarios, casi de teatro, al estilo de Luchino Visconti (quien en 1957 dirigió a María Schell en "Noches blancas").
¿Da la impresión de que ahora se valora mucho más la estética, el vestuario, la incidencia en los medios...?
El cine lo mueve el dinero y existe la tendencia a aceptar la americanización del cine, pero por fuera de este círculo hay grandes intérpretes que luchan por su sueño y que no logran entrar en el circuito comercial aún siendo mejores que los que están dentro. Siempre hay excepciones, pero hoy hay más calidad fuera que dentro de Hollywood.
¿Le ha condicionado vivir en primera persona ese ambiente?
Soy hija de quien soy y entiendo que traten de compararme con ella, pero la fama es así. La influencia de mis padres fue grande, pero en mi familia hay una larga trayectoria artística de la que me siento muy orgullosa. De hecho, la traté en un libro que aún no he publicado. Sé que suena mal que lo diga yo, pero me alegra formar parte de una familia tan diferente, artística, genial... Además, está mi relación con Fran Kroetz y las inquietudes artísticas de mis hijos.
¿Por qué se alejó del mundo del cine y la televisión?
Elegí estar con mi familia en lugar de dedicarme a mi profesión de actriz. Quizá por haber conocido lo complicado que es estar lejos de tu madre cuando ella trabajaba en una película hizo que yo buscara mayor contacto con mi familia.
¿Se ha planteado volver?
Ahora es difícil (sonríe)... Vivo en Tenerife y estoy más alejada de las recepciones, cenas, presentaciones, rodajes... Cuando sales del círculo la gente se olvida de ti y solamente te queda la posibilidad de regresar con un papel realmente impactante para recuperar esa credibilidad.
¿Por qué eligió Tenerife?
Por razones médicas. El clima de la Isla era bueno para la salud de mis hijos y decidí instalarme aquí. Tenerife es un lugar fantástico, un sitio en el que he encontrado una calidad emocional para desarrollar otras facetas artísticas. Es diferente a la vida que llevaba en Baviera -Marie Theres nació en Munich-, pero si combinas los dos sitios el resultado es bueno.
¿No tuvo nada que ver la búsqueda de tranquilidad?
He vivido cómodamente en compañía de mis hijos, que ya prácticamente son tinerfeños, en un lugar muy especial. ¿Tranquilidad? En mi casa no tengo televisión. Prefiero dedicar mi tiempo a la lectura, a escribir o a escuchar música. Invertir en cultura es un gran regalo para la imaginación.
¿Cómo entró en el mundo de la literatura?
Un día decidí comprarme un ordenador. No tenía ni idea de webs ni de otros asuntos relacionados con internet, pero se me ocurrió escribir sobre el papel tan importante que juegan las amas de casa y del sacrificio que realizan a diario. Los comentarios los transmitía en una página que se llama "Revolución de amas de casa" y que tuvo una gran acogida en Alemania -contabiliza más de siete millones de visitas- porque trataba los asuntos que nos preocupan a las mujeres. Sólo en su primer día contactaron con esta página más de 2.700 personas. Alguien me dijo que era un título literario y de ahí nació un "best seller" del que se vendieron más de 140 mil ejemplares.
¿Usted, que ha encontrado proyección desde la Red, qué opinión tiene del debate entre creadores y piratería informática?
Es un problema con el que tenemos que vivir. Desde mi perspectiva de artista estoy de acuerdo con la protección de los derechos, pero también sé que es muy complicado luchar contra la piratería, es decir, uno puede intentar proteger mucho su obra y ser consciente de que en algún momento te van a robar algo que te pertenece. Un músico, por ejemplo, hoy gana más dinero en razón del público que asiste a un concierto que por la venta de un disco. La difusión de su obra a través de internet es inevitable.
¿Se considera una luchadora?
Luchadora, enérgica, impulsiva... Cuando se me mete una idea en la cabeza no paro hasta que se hace realidad. Mi madre era una gran luchadora, pero también tenía esa sensibilidad que se reflejaba en su cara. Ahora trabajo en el guión de un proyecto de dixie que me gustaría llevar a cabo en Tenerife.
¿Cómo trabó amistad con los miembros de la Alabama Dixieland Jazz Band?
Me encanta el jazz y el dixie, que es un género que tiene una enorme repercusión en Alemania, Inglaterra y Estados Unidos. Un día tuve conocimiento de lo que hacían los músicos de Alabama y tuve la fortuna de escucharlo. Fue increíble. Me parecieron muy buenos y creí que podríamos juntarnos para llevar a cabo un proyecto.
"El dixie es felicidad y tiene su espacio en Tenerife"
La hija de la legendaria Maria Schell, actriz de teatro, cine y televisión austriaca que llegó a ser galardonada como la mejor actriz del Festival Internacional de Cine de Cannes por su interpretación en "El último puente" (1954), acaba de participar en la grabación de un disco con los componentes de Alabama Dixieland Jazz Band que pretende ser un homenaje a las conexiones canarias con el sonido dixie que se fabricó en Nueva Orleans. "No soy historiadora, no soy canaria y tampoco soy una gran experta en el dixie, pero entré hace cuatro años en esta aventura atraída por la figura de Alcide „Yellow“ Núñez, un músico con raíces canarias que se convirtió en una pieza clave en la fundación de la Dixieland Jazz Band. "El dixie es felicidad y tiene su espacio en Tenerife", aseguró Theres Kroetz, quien estima que "se debe valorar y proteger más a los grandes artistas que existen en Tenerife". En la actualidad, apostilla, "estoy trabajando en el guión de dixiemania.com porque creo que es un espectáculo interesante para dar a conocer el talento de músicos como Juan Carlos León „Mosco“, que ha realizado unos magníficos arreglos de una seguidilla, un arrorró y una polca para adaptarlos al mundo del dixie. El proyecto es interesante y lo he comentado con el Cabildo porque puede ser un gran atractivo turístico".
© JORGE DÁVILA, publicado en EL DíA de Tenerife EL DIA, el día 21 de marzo 2010
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